martes, 10 de junio de 2014

Violencia Familiar


La violencia familiar es la que se produce en el lugar que debería ser el más seguro: El propio hogar. Sin embargo, por razones culturales, en nuestro país este tipo de violencia, hasta hace poco tiempo, fue considerada algo natural y se justificaba que, como medio disciplinario y correctivo, los padres golpearan y humillaran a sus hijos, y a su vez se pensaba que un hombre estaba en su derecho si golpeaba a su esposa. La violencia era considerada el destino de miles de mujeres, niños y niñas, y ancianos y ancianas de nuestro país.
     Desafortunadamente, aunque a nivel social se condena la violencia, hoy en día, se sabe que el 66% de las mujeres mexicanas sufre o ha sufrido algún tipo de violencia familiar. Muchas veces los agresores y las víctimas no alcanzan a identificar que viven en un ambiente violento que no tienen por qué aceptar.

La violencia familiar es un delito punible
     La violencia familiar se produce cuando uno de los integrantes de la familia, abusando de su autoridad, su fuerza física y su poder, maltrata física, emocional o sexualmente a otro de sus miembros.
     La violencia familiar no se justifica bajo ninguna circunstancia y que no es sino la expresión de abuso de poder y de cobardía.
     En la actualidad la violencia familiar está tipificada como un delito y es considerada como causal de divorcio y de limitación para el ejercicio de la patria potestad sobre los hijos. Cuando algún adulto permite que un miembro de la familia agreda o sea víctima pasiva de la agresión, está haciéndose cómplice de la violencia. No hay que confundir el respeto que se debe a las figuras de autoridad en la familia, con la sumisión indiscriminada a sus actos violentos.

La violencia se aprende

     Los comportamientos violentos se aprenden y legitiman no sólo en la calle, sino también en el seno familiar. La familia es un espacio en el que se transmiten pautas y prácticas culturales; a través de ella se inculcan hábitos, se crean e intercambian lazos de solidaridad y comprensión, pero también problemas y conflictos.
     La violencia familiar afecta no únicamente a aquellos miembros que son víctimas directas de ella, sino también a quienes atestiguan los actos violentos. La violencia entre padre y madre afecta a los hijos lesionando su autoestima y su confianza en los demás y en el futuro, creándoles problemas psicológicos y emocionales que impiden su pleno desarrollo humano.

¿Qué hacer si se convive con una persona violenta?
     Convivir con una persona violenta es sumamente difícil, implica un desgastante esfuerzo físico y emocional. Aunque es muy importante hacer lo posible para convivir sana y tranquilamente, todo tiene un límite: El de la preservación de la integridad física y emocional de todos los miembros de la familia. Ninguno debe estar por encima de los demás. Todos los integrantes de una familia son igualmente importantes, aunque cada uno tenga diferentes responsabilidades y necesidades.
     No permitamos que nadie nos destruya, ni nos hagamos cómplices de la destrucción de ningún miembro de nuestra familia. En este sentido es importante que se tomen algunas medidas para actuar en caso de que la violencia alcance niveles incontrolables. Si este es el caso, estas son algunas recomendaciones:
  • Manténgase fuera del alcance de la persona violenta, durante sus crisis agresivas.
  • Acuerde una clave para comunicar, verbal o telefónicamente, a sus familiares o amigos que se encuentra en una situación de peligro.

  • Tenga preparada siempre una maleta con dinero y la ropa necesaria, de usted y sus hijos, para salir inmediatamente de su casa si se hace necesario.

  • Pida a sus vecinos que llamen a la policía si escuchan gritos de ayuda. Recuerde que la violencia familiar es un delito.
     Las anteriores medidas no son la solución, sino únicamente paliativos que le permitirán ponerse instantáneamente a salvo. Lo más importante es que usted y su familia se acerquen a las instituciones públicas y privadas especializadas en problemas de violencia familiar para recibir la terapia y la orientación que le ayudarán a encontrar la mejor solución a este problema. Tome en cuenta que la violencia familiar es un asunto que afecta a la sociedad en su conjunto y, por lo tanto, toda la sociedad está obligada a solidarizarse con las víctimas de la violencia.
Violencia Familiar

Drogadicción

La drogadicción es una enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones. Los efectos de las drogas son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos, provocar sensaciones de euforia o desesperación. Algunas drogas pueden incluso llevar a la locura o la muerte.
La dependencia producida por las drogas puede ser de dos tipos:
- Dependencia física: El organismo se vuelve necesitado de las drogas, tal es así que cuando se interrumpe el consumo sobrevienen fuertes trastornos fisiológicos, lo que se conoce como síndrome de abstinencia.
- Dependencia psíquica: Es el estado de euforia que se siente cuando se consume droga, y que lleva a buscar nuevamente el consumo para evitar el malestar u obtener placer. El individuo siente una imperiosa necesidad de consumir droga, y experimenta un desplome emocional cuando no la consigue.
Algunas drogas producen tolerancia, que lleva al drogadicto a consumir mayor cantidad de droga cada vez, puesto que el organismo se adapta al consumo y necesita una mayor cantidad de sustancia para conseguir el mismo efecto.
La dependencia, psíquica o física, producida por las drogas puede llegar a ser muy fuerte, esclavizando la voluntad y desplazando otras necesidades básicas, como comer o dormir. La necesidad de droga es más fuerte. La persona pierde todo concepto de moralidad y hace cosas que, de no estar bajo el influjo de la droga, no haría, como mentir, robar, prostituirse e incluso matar. La droga se convierte en el centro de la vida del drogadicto, llegando a afectarla en todos los aspectos: en el trabajo, en las relaciones familiares e interpersonales, en los estudios, etc.

Trata de Personas

La trata de personas o comercio de personas es elcomercio ilegal de personas con propósitos de esclavitud reproductiva, explotación sexual, trabajos forzados, extracción de órganos, o cualquier forma moderna deesclavitud.
Es un delito internacional de lesa humanidad y viola losderechos humanos tanto como de la persona, también se lo denomina la esclavitud del siglo XXI.
Es una violación a los derechos humanos que atenta contra la libertad y la dignidad de las víctimas consagrados en la carta magna. Esto envuelve la capitulación y el transporte ilegal de humanos.
El Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños (más conocido como Protocolo contra la trata de personas) fue adoptado en Palermo Italia en el 2000, y es un acuerdo internacional adjunto a laConvención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. El Protocolo contra la trata de personas es uno de los tres protocolos aplicados para complementar la Convención.

La trata en cifras

El negocio de la trata mueve más de 32.000 millones de dólares por año en el mundo. Según la OIT, más de 12,3 millones de personas sufren situaciones laborales similares a la esclavitud. Cuatro millones son víctimas de la trata cada año. La mayor parte de las víctimas son niñas, niños y mujeres. Entre el 10 y el 30 % de mujeres víctimas de la trata son menores de edad. En América Latina, 2 millones de niñas, niños y adolescentes son víctimas de explotación sexual, comercial o laboral (mendicidad).
La trata de personas es un problema mundial y uno de los delitos más vergonzosos que existen, ya que priva de su dignidad a millones de personas en todo el mundo. Los tratantes engañan a mujeres, hombres y niños de todos los rincones del planeta y los someten diariamente a situaciones de explotación. Si bien la forma más conocida de trata de personas es la explotación sexual, cientos de miles de víctimas también son objeto de trata con fines de trabajo forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil o extracción de órganos.